Quiebra, sí; piscinas, no

Por Marinilda Rivera Díaz/ Investigadora y catedrática de la UPR
El famoso sociólogo polaco Zygmunt Bauman, indicó: “Esto no es serio. El problema es cómo conseguir llegar a la información relevante, cómo distingues la basura de lo relevante”.

 En días recientes, varios medios de comunicación se han dado a la tarea de traer a la discusión un tema banal e irrelevante que carece de profundidad y seriedad como es el uso de las piscinas en los residenciales públicos. Dicha discusión en la prensa es una estrategia más del estado para distraer al pueblo en medio de una crisis con dos propósitos particulares.


 Primero, redirigir las discusiones hacia los sectores históricamente oprimidos con el fin de que la lucha se centre en los pobres y la clase media, y no entre pobres y clase media respecto al Gobierno y todos los grupos de interés que representa.


 Segundo, para mitigar la discusión profunda que pueda entonces provocar un movimiento social que ataque el (des)orden establecido. No caigamos en este juego banal, aunque se nos trate como una sociedad de ignorantes a la que se le puede mentir y amoldar su pensamiento a la conveniencia de sectores con intereses particulares.


 Nuestro país, en su última semana ha legislado políticas neoliberales que arremeten nuevamente contra la clase trabajadora como la Ley Especial de Sostenibilidad Fiscal y Operacional, la Ley de Cumplimiento con la Deuda y para la Recuperación de las Corporaciones Públicas, mejor conocida como Ley de “Quiebra Criolla”.


 El decreto de quiebra prepara un camino fatal para los trabajadores y los servicios públicos, así como la venta  masiva y la privatización de activos de valor considerable. Sin dejar atrás  la nueva degradación de bonos por la subjetiva y desprestigiada empresa Moody’s, la posible demanda a las casas acreditadoras por parte del Gobierno, el chiste de mal gusto de 55,000 empleos nuevos, la emigración de boricuas al extranjero y otros males sociales.


 Pese a todo lo relevante y peligroso de lo ocurrido para la presente generación y la futura, todo parece indicar que la discusión se nos va por el chorro del agua que cae en las piscinas en los residenciales. A fin de cuentas, la verdadera razón para  tener las piscinas en los residenciales públicos es la misma razón que tiene la administración gubernamental para tener una quiebra criolla: una negligente e histórica crisis estructural.


Columna publicada en el Periodico El Nuevo Día:  http://www.elnuevodia.com/columna-quiebrasipiscinasno-1811405.html. 

Comentarios

Entradas populares